La mezquindad que se ha tenido con la cultura, institucionalmente huérfana de un apoyo económico acorde con su rol de forjadora de la identidad nacional, es un hecho que a la luz de los 500 años de fundación de Panamá cobra realce y "raya en lo ridículo", dijo el escritor panameño Juan David Morgan.
Es un tema que el autor aborda sin remilgos en su novela "La rebelión de los poetas" (2017, Alfaguara), en la que estampa que los gobiernos en su país han hecho de la cultura y la educación "letra muerta", poniéndolas al servicio de sus intereses políticos.
En entrevista con Efe Morgan, fundador de la firma de abogados Morgan y Morgan, vuelve a calentar el asunto en vísperas de las efemérides de los 500 años de fundación el 15 de agosto de 1519 de Panamá, y cuando el Parlamento discute la creación de un inédito Ministerio de Cultura.
Morgan (David, Panamá, 1942), el menor de una familia de seis hermanos, pondera sobre si Panamá, 500 años después de su fundación, se encuentra donde debería estar como un país cultural y socialmente integrado.
Leer también: 'Sin senos no hay paraíso' cumple una década de 'empoderamiento' femenino
La falta de cultura, tema de mi última novela 'La rebelión de los poetas'
Reconoce que el asunto ha vuelto a la palestra pública con motivo de que, además del V Centenario, este año le corresponde a la ciudad de Panamá ser Capital Iberoamericana de la Cultura, ambos eventos en los que el Gobierno y el Municipio se han involucrado.
Para este empresario, escritor y filántropo panameño estos empeños puntuales no bastan pues la cultura, "como el tejido epitelial que debe unir a todos los panameños, debe ser un ejercicio permanente por parte del gobierno y también de la sociedad civil".
Morgan, que ha profundizado en la novela histórica entre cuyos títulos destaca "Entre el Honor y la Espada. La inédita historia del legendario Henry Morgan" (Planeta, 2013), no vacila en afirmar que la falta de cultura ha llevado a que socialmente en Panamá convivan cuatro países diferentes y desiguales dentro de un mismo territorio.
Su opinión es que "para que algún día (en Panamá) lleguemos a ser un país verdaderamente integrado, sin tanta desigualdad, hace falta comprender a cabalidad quiénes somos los panameños y ahondar en elementos capaces de mantenernos unidos: esa es la cultura".
No obstante, para este autor con una decena de novelas y publicaciones en cuento, teatro y ensayo, hablar de cultura en Panamá "ha sido arar en el mar".
"La falta de cultura, tema de mi última novela 'La rebelión de los poetas', se ha visto reflejada, principalmente, en la mezquindad presupuestaria de todos los gobiernos para con el Instituto Nacional de Cultura (Inac), una mezquindad que raya en lo ridículo", remarcó.
Leer también: Yedgar sobre su lipo: 'En verdad yo no me había cuidado nada'
Ministerio de Cultura... debe impactar
El Parlamento de Panamá recibió del Ejecutivo el pasado 31 de julio un proyecto de Ley para la creación de un inédito Ministerio de Cultura, que sustituirá al Inac, creado el año 1974.
El novelista destacó que el Ministerio de Cultura "tendrá una tarea ingente por delante" y se espera impacte en el desarrollo y el fortalecimiento de la identidad nacional.
Morgan también opinó sobre los crecientes flujos migratorios en el mundo, una realidad de la que no escapa Panamá, que es utilizada como puente por decenas de miles de personas de todo el mundo que buscan llegar, de manera irregular, al norte de América.
Estos movimientos humanos, destaca el autor, son una consecuencia directa de la globalización y el desarrollo tecnológico.
Morgan distingue entre la migración tradicional y la de los que atraviesan mares, selvas y montañas para llegar a Darién panameño, frontera selvática con Colombia, en su ruta hacia el "sueño americano" estadounidense.
Lo que ocurre en Darién, a donde llegan en tránsito miles de migrantes africanos, asiáticos y caribeños, es "una verdadera crisis humanitaria, una bomba de tiempo".
Y sobre algunos discursos tildados de xenofóbicos por la presencia de migrantes en Panamá, Morgan opinó que más que una tendencia nacional parecen "una campaña populista similar a las que se están dando en otras partes del mundo, que utiliza la xenofobia como un vehículo para captar adherentes".
"En Panamá la xenofobia no tiene cabida porque somos un país muy joven donde la gran mayoría de la población tiene un padre, un abuelo o un bisabuelo inmigrante", expresó Morgan.